Esclavitud, yugo de antaño
perpetuidad histórica
colores de hombres y mujeres entre mezclados
indios,
negros, blancos, esclavos, esclavas…
Todos en una fábula real ¡ironía infernal!
Mientras los esclavizadores de ayer
garabateaban el mito que hoy sabemos
de virulenta tinta
creando y firmando acuerdos injustos,
leyes excluyentes
¡Han perpetuado y consolidado
la supremacía egoísta para esclavizar!
Idealizando una absurda libertad sumisa.
Pero hoy, nosotros,
descendientes de aquellos atados
conscientes de nuestra agridulce
historia
lejos de sumergirnos en la angustiosa
memoria
nos arrebata la vida de nuestros
ancestros.
Sí, a la fuerza, al espíritu, aquellos,
aquellas,
aquellos ojos de libertad
que antes de nuestra existencia
prorrumpieron,
¡Sufrieron y murieron en una tierra
lejana …!
¡Añorando el continente negro,
latifundio de nostalgias¡
Esa
heredad que en la actualidad nos acompaña,
acoge y
fortalece, en el ceno amoroso, en la travesía.
Es hálito vivificante, musa que
recuenta
y grita con nuestra voz:
NO MÁS ESCLAVOS, NO MÁS,
¡No más niños, niñas, mujeres, ni
hombres explotados!
No más droga, alcohol, ni fusil que
silencien voces!
¡No más hambre sagaz, no más enfermedades
maliciosas!
Libertad,
independencia, autonomía, ¿dónde estás?
Si aún coexisten cadenas, denigrantes
cadenas impuestas
borrando semblantes y anulando dignidades.
sangrientas cruces inmovilizando cuerpos
desabrigados
que nacieron para gozar y saborear la
libertad.
Hechos concretos que creó el corazón de
Dios.
Acompáñanos
libertad, ven,
como la
ola del mar que incita el vientre de la costa,
de la
arena cálida,
aquella que da cobijo al coco, al plátano,
al tambor,
a las manos, al pensamiento, espíritu de
la piel negra
¡Te añoramos
anhelando paz!
Libertad, libertad, libertad...
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