Es la
primera vez que tengo la oportunidad de participar en la ceremonia de la Navidad Chachi en
un Centro Ceremonial de esta etnia.
Para ellos, la presencia de una misionera significa la acogida y el
reconocimiento de la Iglesia
por la inculturación de su fe, por los ritos culturales con las cuales expresan
su amor a Dios.
Los Chachis
inician la fiesta de Navidad el día 21 de diciembre con la elaboración de una
bebida, el champoo, hecho de maíz.
Las parejas que son casadas por las tres
leyes: civil, eclesiástica y tradicional, son elegidas un año antes como fiesteros. Según la tradición, si una pareja
no casada entra a la fiesta, el champoo
se estropea y se queda agrio.
El 21 las mujeres de estas parejas fiesteras
se reúnen en el Centro Ceremonial de
la comunidad y empiezan con el lavado y remojo del maíz, para después molerlo.
Los hombres traen de comer a las mujeres que están trabajando. Después de cocinada
al fuego de leña, esta bebida es guardada en recipientes ben cubiertos para
fermentar.
El 24 por la mañana las familias se trasladan en sus canoas al Centro Ceremonial
de Punta Venado: allí se reúnen las comunidades de Rampidal – El Encanto – Playa Grande –
Chihuatillo – y Pichiyacu, comunidades ubicadas a lo largo del Río Cayapas.
Cada familia llega con su comida, toldo/mosquitero – ollas – leña… y todo lo
necesario para pasar la fiesta de Navidad.
Los fiesteros empiezan la fiesta con la
presentación de la bebida. Se dirigen en primer lugar al Niño Dios ofreciéndole velas, cigarrillos y perfumes… Toda la
ceremonia se desenvuelve al son de la marimba. A las 7 de la noche los uni o
“gobernadores” (máxima autoridad de los Chachis), prueban uno por uno la
bebida, dando su visto bueno o mencionando el eventual fallo. En seguida los
fiesteros empiezan a dar de beber a los hombres y cada uno se sirve del
recipiente hasta acabar toda la bebida. Lo mismo hacen las mujeres de los fiesteros ofreciendo la bebida a las
mujeres y a los niños. La bebida no es alcohólica, se parece a un atole y se
toma hasta acabar.
A las 9 de
la noche se pasa al “rito de la entrega de los cigarrillos”: Cada fiestero
distribuye uno, dos o más cigarrillo a cada persona, iniciando por los hombres.
Todos los reciben como un regalo.
La marimba
acompaña cada momento de la ceremonia. A las 11 de la noche se pasa al rito del
“perfume”: los fiesteros cogen el
perfume ofrecido al Niño. Con un clavo caliente, cada fiestero perfora la tapa
de una botellita, y la orden del gobernador, uno atrás otro, rocía cada persona:
hombres, mujeres y niños hasta acabar el perfume. En este momento, se crea una
sensación muy agradable por el aroma que invade el ambiente y las personas.
Después de los participantes, los fiesteros se perfuman entre ellos.
A estos
ritos sigue “la presentación de las nuevas parejas” para el proceso de
casamiento. Las que ya conviven son sometidas al “cepo”. Sentadas en el suelo
ponen el pie dentro del agujero de una madera cerrada por otra, y allí se
quedan según el tiempo asignado por el gobernador: puede ser una o más horas,
durante las cuales reciben también un cierto número de látigos. Los que van a
ser sus padrinos pueden interceder con el gobernador para levantar el
castigo, comprometiéndose a orientar la pareja para el futuro.
Después de
esta prueba se pasa al “baile” de las mujeres: de dos en dos bailan con los
gobernadores… Terminado este largo momento, la música continua tocando hasta el
amanecer, mientras los participantes conversan, comen, descansan…
A las 6
de la mañana del 25, un uni - gobernador toca dos antiguas campanas que los Chachis guardan
como trofeo durante su resistencia a la conquista española. El sonido de estas
campanas es sumamente armonioso. Al mismo tiempo, otro gobernador hace la
entrega del Niños Dios a los fiesteros que lo colocan dentro de una manta larga
seis metros y, sosteniéndola entre
ellos, avanzan en procesión hacia la capilla. Durante esta procesión se
disparan cohetes. A la llegada, un gobernador coloca el Niño Dios en el altar.
A este
momento se da la palabra a la misionera para la lectura del evangelio, una
oración y reflexión. Este año me tocó a mí dirigir la celebración litúrgica.
Después del canto leí el evangelio de Navidad y en la reflexión tomé la frase
de S. Juan: “de su plenitud todos hemos
recibido gracia sobre gracia” que, según la cultura chachi, fue tan bien
expresada con el rito del perfume que nos inundó a todos.
Un motivo que
aumentó nuestra alegría fue el hecho de que dos personas habían nacido el 25 de
diciembre: la señora Yolanda, esposa de un fiestero y el gobernador don
Segundo.
Concluimos
la liturgia con los dos cumpleañeros al frente y la bendición sobre ellos, de
toda la asamblea con las manos extendidas.
A este punto, el gobernador, celebra con rito chachi/tradicional el casamiento
de las nuevas parejas. Otro uni aconseja
a cada pareja acerca de la
FIDELIDAD matrimonial, del cuidado y la educación de los
hijos, del respeto mutuo y la observancia de la ley chachi, evitando así los
severos castigos. El tercero gobernador toma una escultura de madera del Niño
Jesús, la pone sobre la cabeza de cada esposo/a haciendo la señal de la cruz,
finalizando con el beso de la imagen.
A este
punto, un gobernador, hace el llamado a los nuevos
fiesteros, elegidos para el próximo año y, saliendo de la capilla, son
ellos que acompañan al Niño Dios a la Casa Ceremonial
donde sigue la fiesta de los recién casados.
A las 10 de
la mañana, el sonido de las dos campanas marca el cierre de la ceremonia con el
regreso del Niño a la capilla, entre cohetes y música. El Niño Dios es colocado
en un cofre de madera y allí se queda hasta la próxima Navidad.
NB - El Centro Ceremonial es un gran terreno
abierto con una capilla y una casa grande dividida en el medio con tablas: al
lado izquierdo están las mujeres y los niños, del otro lado los hombres. En
Navidad se construye una casita/altarcito en el medio, para el Niño Dios.
por Sonia De Jesús García – misionera en Sta.
María de los Cayapas (Esmeraldas)
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