viernes, 15 de junio de 2012

Hermana CRUZ ESTELA OREJUELA BENNETT


desde Teticha, ETHIOPÍA


Mi nombre es Cruz Estela Orejuela Bennett, esmeraldeña de la parroquia "Santa  Marianita". 

Vengo de una familia pobre y sencilla pero muy rica en fe, confianza en Dios y en María nuestra Madre. Ocupo el séptimo lugar de 11 hijos que mis padres han tenido y amado, enseñándonos  a compartir aquello que teníamos. Les diré, con mucha alegría, que mi consagración a Dios co­menzó a los diez años, el día de mi Primera Comunión, un día tan lindo en el cual dije a Jesús con todo mi ser: "Jesús, quiero que vengas a mi corazón y me ayudes a ser toda tuya para servirte en los pobres"…. … Cuando hablé con mi párroco, el actual obispo de Esmeradas, para que me diera una carta de certificación, me dijo:

"La vida misionera comboniana es muy dura; ahí los títulos no sirven pue­s­to que debe estar dispuesta a realizar todos los trabajos. Además, debes aprender a morir a ti misma para acoger y aceptar las otras culturas”.

Al terminar mis estudios de enfermería, aprendí el inglés y fui enviada a Ethiopía, para trabajar como una verdadera misionera y enfermera en un dispensario, al sur del país. 

Tengo diez años de trabajar con el pueblo Sidamo, gente muy linda, sencilla y acogedora que me da lo mejor de sí misma. Con ellos he aprendido a amar su cultura, lengua, tradiciones y a ser una de ellos, porque me repiten siempre: “Tú eres una de nosotros, de nuestra familia".

El ser enfermera, en este rincón de África, muchas veces significa hacer las veces de doctor, a pesar de nuestros límites y muchas restricciones. Lo importante es salvar vidas, pues nuestra vocación y misión es dar vida y vida en abundancia. 

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