jueves, 30 de mayo de 2013

50 AÑOS DE MISIÓN, CAMINANDO CON EL PUEBLO HACIA CRISTO



Decía Comboni, con santo orgullo,  en 1878, en una carta dirigida a la madre María de la Anunciación  ”¿Por qué el más pequeño e insignificante de los Institutos, como el microscópico que fundé en Verona, ha podido consolidar el apostolado de África Central …porque yo he sido el primero en hacer que colabore …el omnipotente  ministerio de la mujer del Evangelio y de la Hermana de la caridad, que es el escudo, la fuerza y la garantía del ministerio del misionero” (E. 5284).
Con un triduo de oración y animación misionera se preparó  el día de la fiesta de acción de gracias, recordando a las tres primeras Combonianas que llegaron al cantón de San Lorenzo en 1962 y las que han trabajado aquí durante estos 50 años; algunas de ellas ya gozan de la vida eterna, otras estás en distintas misiones del mundo y otras 6 siguen trabajando aquí. Todas, sin excepción,  han  dejando una profunda huella en el corazón y en historia de este pueblo.

El pasado 26 de mayo, domingo de la Santísima Trinidad, la familia comboniana junto con el pueblo sanlorenceño celebramos pues este gran evento. Los grupos parroquiales y los Movimientos apostólicos, incluidos los jóvenes de  América Misionera, organizaron la Eucaristía y la convivencia fraterna. Nosotras, las hermanas, junto con nuestros hermanos Combonianos y la gente de la parroquia la disfrutamos con inmensa alegría y gratitud.
Cómo no sentirse orgullosa y conmoverse al mismo tiempo frente a la memoria tan viva de las casi 60 Combonianas, que a lo largo de medio siglo han trabajado, sufrido y gozado con este pueblo de San Lorenzo, haciendo  causa común” con la gente, que no olvida a ninguna de ellas  y que se siente profundamente agradecido por su amor y servicio.  Esto lo expresaron vivamente la gente afro durante la fiesta, a través de los abrazos, oraciones, cantos, arrullos, danzas y entrega de placas.
En la liturgia del domingo, al ritmo de tambores, maracas y guitarras, el obispo de Esmeraldas, Mons. Eugenio Arellano, recordó el inmenso amor de Dios para el pueblo de S. Lorenzo y  resaltó la belleza de la vocación de tantas hijas de Comboni que aquí, han dado lo mejor de sí mismas: su juventud, salud, entrega y han recibiendo acogida, cariño y colaboración.



La Iglesia y la sociedad del cantón de S. Lorenzo han caminado, crecido y progresado a través de tantas obras sociales que las misioneras iniciaron y que hoy continúan con la competencia y profesionalidad de su misma gente: el hospital, la maternidad, la guardería, la escuela, el colegio, el instituto de educación especial, la organización de mujeres, la evangelización y vida de las comunidades cristianas… Un sinfín de bendiciones que el Señor ha hecho crecer en esta tierra fértil y en la vida de tantas personas.
Un momento de profunda comunión fue la lectura de las cartas de varias Hermanas que trabajaron en San Lorenzo y se encuentran hoy en otros países; con sus escritos han querido remarcar el recuerdo amoroso que tienen de esta tierra y cómo su estancia aquí les marcó su vida y vocación misionera. Alrededor de 500 personas entre  niños, jóvenes y adultos,    compartimos, no sólo los alimentos sino los recuerdos y la historia. En fin,  una gran fiesta por la cual todas las Combonianas estamos profundamente agradecidas con Dios, con todos los grupos  parroquiales, con  nuestros hermanos Combonianos y con  todo el pueblo de S. Lorenzo.    
Aunque si falta mucho por hacer en este cantón de Esmeraldas, las hijas e hijos de Comboni, unidos como familia misionera a las alegrías, sufrimientos, luchas y logros del pueblo, han dado y siguen dando  “vida y vida en abundancia” (Jn 10,10). Confiamos en Dios y en las futuras generaciones de misioneros y misioneras para que esta obra siga adelante.
28 de mayo del 2013
 Hnas. Daniela y Montserrat
 Misioneras Combonianas

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